jueves, 14 de junio de 2012

Seguridad ante todo

Según los propios responsables de la seguridad de los Juegos Olímpicos de Londres, acudir a alguno de los eventos de los Juegos o entrar en las instalaciones de la Villa Olímpica será como ir a un aeropuerto será como pasar por las medidas de seguridad de un aeropuerto. Detectores de metales y exaustivos controles en busca de objetos peligrosos y líquidos se emplazaran en los accesos a las instalaciones, y no se permitirá en ningún caso el paso con bebidas por aquello de los explosivos líquidos. No obstante la Organización a anunciado que se distribuirá agua gratuitamente y que habrá suficientes puntos de venta de comida y bebida. Una botella de refresco costará 2.30 libras en el interior de los recintos deportivos, mientras que las cervezas estarán marcadas a un precio de 4.20 libras. 






Habrá 24,000 personas entrenadas para afrontar "desde un ataque terrorista, a un gran accidente o circunstancias climatológicas extremas", anunció el Secretario de Estado de Seguridad británico, James Brokenshire. Lo que convierte este en el mayor despliegue de efectivos en suelo británico desde la Segunda Guerra Mundial.


"Para ayudarnos, los espectadores tendrán que ser puntuales y deberán evitar llegar a los estadios con grandes bultos, lo que puede retrasar los controles", dijo Paul Deighton, director ejecutivo del Comité Organizador, que indicó que las filas para acceder a algunos recintos se alargarán hasta 20 minutos. 


Además de posibles amenazas terroristas, el coordinador del plan de seguridad olímpica, Chris Allison, de Scotland Yard, apuntó a las posibles protestas que diversos grupos de activistas podrían organizar durante los Juegos Olímpicos como una de las mayores preocupaciones de las fuerzas de seguridad británicas.


"La democracia otorga el derecho a protestar, pero debemos ser claros, eso no significa que se puedan interrumpir unos Juegos Olímpicos. Cualquiera que tenga pensado manifestarse durante esos días debe ponerse antes en contacto con nosotros. Por el momento nadie lo ha hecho", explicó Allison. 


Brokenshire recalcó que el plan de seguridad tendrá un coste total de 553 millones de libras y está pensado para dar "poca visibilidad" a los miles de agentes que vigilarán Londres, para tratar de "fomentar el espíritu festivo en la ciudad", así como evitar "entorpecer" el desarrollo de los Juegos.

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